La consejera por la Región de Ñuble, Lorena Jardua, hizo un balance de la gestión del Gobierno el día en que se cumple el tercer aniversario desde la asunción del Presidente Gabriel Boric a La Moneda.
Uno de los aspectos más criticados por la representante ñublensina ha sido “la falta de conducción política y económica, en una región donde se instaló un equipo sin experiencia”.
“Es imposible evaluar positivamente a un Gobierno que ha nombrado a cuatro delegados presidenciales en tres años, uno de ellos fuera del marco constitucional, que ni siquiera cumplía los requisitos de residencia. Por otra parte, seremis que han administrado por inercia el aparato público, sin los énfasis y la proactividad que uno espera en una de las regiones más pobres de Chile”, indicó Lorena Jardua.
La consejera regional sostuvo que existe bastante evidencia del mal manejo de la región, especialmente en materia económica.
“Si uno revisa las mediciones de empleo del INE desde el comienzo de este Gobierno a la fecha, vemos un desempleo y una informalidad al alza, incluso en los meses de verano cuando la estacionalidad nos favorece. En turismo, no existe un plan vigoroso que agregue valor a este sector, y en materia hídrica, salvo el anuncio del embalse Zapallar, el Punilla ha sido literalmente despreciado durante estos tres años”.
Lorena Jardua hizo hincapié en la ausencia de inversión. “Tenemos proyectos emblemáticos que no han visto la luz, como la nueva cárcel regional, y la baja ejecución del Ministerio de Obras Públicas en Ñuble, que gatilló el cambio que todos conocimos en el mes de diciembre”.
“Recordemos que el proyecto de Ley de Transición Energética, que permitirá ampliar la línea de transmisión Charrúa-Chillán, entre otras obras, ni siquiera se había planteado como un proyecto de ley independiente para Ñuble, lo que tuvo que corregirse gracias a la intervención de los parlamentarios de la región”, recordó.
Jardua dijo que “la delegación presidencial y el Gobierno Regional han trabajado como dos repúblicas independientes, sin ánimo colaborativo y con una visión cortoplacista”.
“Esto lo podemos demostrar en el programa Proempleo, con todos los problemas y descoordinaciones conocidas en estos años, y con la inexplicable paralización que tuvo el programa de televigilancia móvil en el área de seguridad. Todas estas malas gestiones las hemos pagado todos los ñublensinos, con una región que evidencia un crecimiento mediocre y un deterioro en la calidad de vida de nuestras comunidades”, finalizó.






